miércoles, 30 de diciembre de 2015

Récord en el Polo Norte: 30 grados por encima de la media

 
Mapa de temperaturas superficiales y de viento en la Tierra para el próximo día 30 de diciembre (http://earth.nullschool.net/ - Earth Nullschool)
El Polo Norte acabará el año 2015 con temperaturas casi 30 grados centígrados por encima de lo que es habitual para estas fechas, según las predicciones de organismos tan prestigiosos como la Administración de la Atmósfera y el Océano (NOAA) de Estados Unidos o la Oficina Meteorológica del Reino Unido (UK Met Office).
Como promedio de los últimos 40 años, la zona del Ártico próxima al Polo Norte registra en los últimos días de diciembre una temperatura media de 29 grados bajo cero.
En cambio este año, las predicciones para el día 30 de diciembre indican que la temperatura será de sólo 1 o 2 grados bajo cero. La temperatura tenderá a normalizarse a partir del día 1 pero de momento marca un récord histórico y una situación que muchos expertos están considerando como totalmente extraordinaria.
“La oleada de aire caliente que se dirige en línea recta hacia el Polo Norte es asombrosa”, explica Jason Samenow, responsable de información meteorológica de The Washington Post.
La tormenta perfecta se centra en Islandia
A parte de la influencia que puedan tener en este episodio el cambio climático o el fenómeno El Niño, las temperaturas excepcionalmente altas de estos días en el Polo Norte se explican por la evolución del sistema de bajas presiones que afectó hace unos días América del Norte y que entre el miércoles y el jueves provocará tormentas extraordinariamente fuertes en Islandia; simultáneas a la tormentas e inundaciones que afectan al Reino Unido.
Las tormentas centradas en Islandia y el Reino Unido facilitan la entrada de vientos relativamente cálidos del sur desde las Azores y la Península Ibérica hasta la zona central del Ártico, provocando las temperaturas elevadas en el Polo Norte.
http://www.lavanguardia.com/natural/20151229/301097483025/temperatura-record-calor-polo-norte-fin-de-ano-2015.html

martes, 1 de diciembre de 2015

La dehesa, un ecosistema de leyenda

La dehesa donde se ha ubicado históricamente la producción del cerdo ibérico es un ecosistema propio de los países del sur de Europa, con especial peso en la península Ibérica. Su origen se halla en los bosques mediterráneos, pero ha sido cincelada por la mano del hombre al eliminar parte de esa masa arbolada y convertirla en un territorio que conjuga la actividad económica agrícola con la forestal y la ganadera, dando lugar además a un espacio con una gran biodiversidad.
En España, la superficie calificada actualmente como dehesa, según los datos que maneja el Ministerio de Agricultura, se sitúa entre 3,5 y más de cinco millones de hectáreas, en función de las definiciones más o menos restrictivas que se hagan sobre las características este tipo de territorios. Su desarrollo está ligado en parte al avance de la Reconquista, muy especialmente desde el siglo XIII, cuando los ganaderos locales empezaron a vallar sus fincas para cerrar el paso a los rebaños de la trashumancia. De hecho, el término dehesa procede de defesa, que en latín significa defensa o terreno acotado para uso de los pastos.
La definición más aceptada es la que considera la dehesa como un sistema de explotación ganadera o cinegética de carácter multifuncional en el que al menos el 50% de la superficie se halla ocupado por pastizal, con arbolado productor de bellota y un porcentaje de espacio cubierto entre el 5% y el 60%. Desde unos planteamientos más restrictivos, la dehesa sería la superficie formada solamente por especies del género quercus (encinas, alcornoques o quejigos ligados a la producción de bellotas) y alcanzaría 3,5 millones de hectáreas en 130 municipios de Extremadura, Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid. Si en la definición de dehesa se incluyen además otras especies como castaños, acebuches, madroños, lentiscos o jaras, la superficie podría superar los cinco millones de hectáreas. Actualmente cada comunidad autónoma maneja sus propias cifras.
El valor de la dehesa, además del territorio que ocupa y su contribución al medio ambiente y la biodiversidad, reside también en su peso económico en cuatro vertientes. En primer lugar, por las explotaciones ganaderas que cobija. En la superficie de dehesa se hallan integradas un número importante de especies autóctonas y otras externas que se han adaptado al medio. Aunque las cifras varían en función de los mercados, históricamente ha acogido entre 800.000 y 900.000 cerdos ibéricos de bellota y de campo. Hoy se ha reducido ese número.
En la dehesa pastan también más de ocho millones de ovejas, el 40% del censo total, especialmente de las razas merina, manchega, castellana y talaverana, tanto para la producción de carne como para leche y quesos, además de otros tres millones de cabras, casi el 45% del censo nacional de esta especie. Pastan además más de un millón de vacas nodrizas para la obtención de carne, entre las que destacan las de raza retinta y limousine. Hay más de 1.200 ganaderías inscritas para la cría de toros de lidia. Más del 60% de las casi 800 ganaderías de caballos de pura raza español se hallan en las dehesas, y más de 50% del censo total de caballos. A todo ello se suman otras especies como el asno andaluz, la vaca blanca cacereña o la gallina azul extremeña.
El ecosistema constituye también un espacio importante para la cinegética, además de mantener la protección de otras especies. Y en el recuento de masa forestal, la dehesa alberga casi 190.000 hectáreas de alcornocales con unos 16 millones de árboles, el 90% en Extremadura y Andalucía, con una producción por hectárea de unos 220 kilos. Frente a otros materiales, el sector del corcho se halla en retroceso, pero se mantiene como el material más importante para fabricar los corchos en vinos de calidad. La producción de madera se estima en más de un millón de esteros, unidad que equivale a la leña que se pueda colocar en el espacio de un metro cúbico. El 75% de la madera se utilizaba para la industria del carbón y el 25% se consume como leña seca.
Dada la baja calidad de los suelos en una buena parte de estos territorios, la agricultura desarrollada no es, en líneas generales, de altos rendimientos, pero contribuye al autoabastecimiento de materias primas para la alimentación animal con varias especies de leguminosas y forrajeras, además de pequeñas producciones de girasol o trigos duros.
En relación con la dehesa, cada comunidad autónoma ha desarrollado diferentes medidas legislativas, sin que haya existido una coordinación entre ellas.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/18/actualidad/1390051452_583775.html

viernes, 27 de noviembre de 2015

El Gobierno deja a España fuera de un convenio internacional de protección medioambiental por ahorrarse 32.000 euros


Murciélago ratonero forestal / J.M. Alcalde

Epaña no ha suscrito el Acuerdo Europeo de Conservación de Murciélagos, firmado por 36 países, debido a "restricciones presupuestarias": 128.000 euros en cuatro años
Estas especies suponen el 40% de los mamíferos amenazados según el Listado oficial del Ministerio Medio Ambiente: 12 en estado vulnerable y una en "peligro de extinción"
Las colonias establecidas en zonas agrícolas ahorran más de 900 millones de euros en insecticidas solo en los cultivos de maíz

martes, 3 de noviembre de 2015

Banda de Caspary

Las plantas adquieren agua y nutrientes del suelo. La entrada de agua en las células de las raíces no requiere un gasto de energía por parte de la planta, si no que debido a las diferencias de potencial hídrico entre el exterior y el interior de la planta el agua entra de forma espontanea. Una vez dentro de la planta una parte del agua debe ir a la región aérea, el tronco y las hojas, donde será utilizado para el crecimiento y mantenimiento de las estructuras vitales. Para ello el agua viaja a través de los haces vasculares de las plantas (xilema y floema). En un corte transversal de la raíz en el interior del cilindro se encuentra el tejido vascular, rodeado de una capa celular denominada endodermis y ésta a su vez se encuentra rodeada por el córtex.


La banda de Caspary impide el transporte a través de la matriz extrracelular, de tal forma que todas las moléculas deben atravesar las células para llegar al sistema de transporte de la planta.
La banda de Caspary impide el transporte a través de la matriz extrracelular, de tal forma que todas las moléculas deben atravesar las células para llegar al sistema de transporte de la planta.
En la capa endodérmica se encuentra la banda de Caspary, una banda de suberina. Durante la diferenciación de este tejido se forma una capa de suberina impermeable en las paredes primarias de las células de la endodermis. La suberina es un polímero poco estudiado, se sabe que contiene ácidos grasos hidróxidos y epóxidos de cadena larga con enlaces tipo éster. La suberina forma hasta el 50% de la pared celular de la endodermis. Debido a sus características químicas la suberina es un polímero insoluble. Al microscopio la suberina se tiñe muy bien con safranina, permitiendo su observación al microscopio óptico, puesto que el resto de las paredes celulares no se tiñen con safranina.

La banda de Caspary recorre las células de forma radial y transversal, impidiendo el paso de sustancias entre las células de la endodermis, al paso por el espacio extracelular se denomina vía apoplástica y la endodermis es la única capa celular que impide este tipo de transporte, que en otros tejidos es alrededor del 10% transporte.
Las moléculas que quieran entrar en el tejido vascular tienen pues un único camino, el citoplasma de la capa endodérmica y la difusión por su membrana, a esta vía de transporte a través del citoplasma se la denomina vía simplástica, pues va por el simplasto vegetal. De esta manera la planta se asegura de controlar todo lo que entra en el tejido vascular. Además la banda de Caspary colabora en la estrecha unión que mantiene la capa de la endodermis unida, impidiendo el intercambio de sustancias transversalmente entre las células de la endodermis. 


Cuando la raíz primaria crece, la banda de Caspary se va formando al mismo tiempo que la pared primaria de las células. Las raíces secundarias forman su propia banda de Caspary y se conectan por el simplasto a la endodermis de la raíz principal. Durante la diferenciación vegetal las células hijas continúan conectadas a través de los plasmodesmos, que mantienen el citoplasma conectado entre las células de un mismo tejido, permitiendo el intercambio controlado de moléculas. Puedes leer más sobre los plasmodesmos en el artículo que les dedicamos aquí. Gracias a plos plasmodesmos la endodermis forma un contunio citoplasmático en el que se regula el paso de los iones disueltos en el agua de un lado a otro de la banda de Caspary.

lunes, 12 de octubre de 2015

The origin and evolution of cells

Cells are divided into two main classes, initially defined by whether they contain a nucleus. Prokaryotic cells (bacteria) lack a nuclear envelope; eukaryotic cells have a nucleus in which the genetic material is separated from the cytoplasm. Prokaryotic cells are generally smaller and simpler than eukaryotic cells; in addition to the absence of a nucleus, their genomes are less complex and they do not contain cytoplasmic organelles or a cytoskeleton. In spite of these differences, the same basic molecular mechanisms govern the lives of both prokaryotes and eukaryotes, indicating that all present-day cells are descended from a single primordial ancestor. How did this first cell develop? And how did the complexity and diversity exhibited by present-day cells evolve?


miércoles, 30 de septiembre de 2015

La importancia de los ácidos grasos omega-3 y omega-6


 

Los ácidos grasos omega-3 (ω-3) y omega-6 (ω-6) son componentes importantes de las membranas de las células y los precursores de muchas otras sustancias del organismo, como las que regulan la presión arterial y la respuesta inflamatoria. Cada vez hay más pruebas que indican que los ácidos grasos omega-3 nos protegen de las enfermedades cardíacas, y también se conoce su efecto antiinflamatorio, importante para estas enfermedades y muchas otras. También hay un interés creciente en el papel que pueden desempeñar los ácidos grasos omega-3 en la prevención de la diabetes y ciertos tipos de cáncer.


Fuente: European Food Information Council

martes, 29 de septiembre de 2015

La NASA halla nuevas pruebas de agua líquida en Marte


Las imágenes aéreas tomadas de Marte se parecen mucho a las de la Tierra. Uno de los accidentes más interesantes son unas estrías en el terreno que se precipitan colina abajo y que intuitivamente parecen cauces de agua. Estos cursos aparecen y desaparecen del terreno, lo que refuerza la idea de que sea el agua estacional la que los forme. Pero de la intuición a la realidad hay un enorme paso y hasta el momento no se ha podido demostrar que esas grietas se deban realmente al agua líquida, cuya existencia sería clave para la posibilidad de que haya vida en el planeta rojo.



Leer el artículo completo en: 
http://elpais.com/elpais/2015/09/28/ciencia/1443439163_437281.html

jueves, 24 de septiembre de 2015

La verdadera paleodieta: los cerebros grandes necesitaron carbohidratos


http://www.uab.cat/web/sala-de-prensa/detalle-noticia/la-verdadera-paleodieta-los-cerebros-grandes-necesitaron-carbohidratos-1345667994339.html?noticiaid=1345689215931

Hasta ahora se ha prestado especial atención al papel de las grasas animales y las proteínas en el desarrollo del cerebro humano en los últimos dos millones de años. Una investigación liderada por Karen Hardy demuestra la importancia que tuvieron también los carbohidratos ricos en almidón.
27/08/2015

Los carbohidratos ricos en almidón fueron un factor importante para la evolución del cerebro humano, según un nuevo estudio internacional publicado en Quarterly Review of Biology y liderado por la profesora-investigadora ICREA en la UAB Karen Hardy.

El trabajo desafía la idea largamente sostenida de que la aceleración del aumento del tamaño del cerebro que se produjo hace unos 800.000 años es el resultado de un incremento del consumo de carne y propone que la elevada demanda de glucosa que necesitan nuestros cerebros habría sido satisfecha mucho más fácilmente con una alimentación rica en carbohidratos. Los investigadores han realizado el trabajo combinando diversas perspectivas de estudios de genética humana, arqueología, antropología, fisiología y nutrición.

Según los autores del artículo, hasta ahora se ha prestado especial atención al papel de las grasas animales y las proteínas en el desarrollo del cerebro humano en los últimos dos millones de años, mientras que la importancia de los carbohidratos, especialmente en forma de vegetales ricos en almidón, ha sido ampliamente ignorada. Pero los carbohidratos son la mejor forma de obtener la glucosa y la energía que necesita nuestro organismo, argumentan. El cerebro humano utiliza más del 25% de nuestra reserva energética y más del 60% de la glucosa en sangre. Y estas demandas de energía aumentan particularmente con el embarazo y la lactancia, igual que con el incremento del tamaño corporal, la movilidad y el aumento de la flexibilidad alimentaria.

"El aumento global de la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas con la alimentación han generado un enorme interés en nuestras dietas ancestrales o 'Paleolíticas'", comenta la profesora Jennie Brand-Miller, coautora del estudio e investigadora del Centre Charles Perkins de la Universidad de Sydney.

"Creemos que aunque el consumo de carne fue importante, el crecimiento del cerebro hubiera sido menos probable sin la energía proporcionada por los carbohidratos. Por otra parte, aunque las hipótesis reconocen la importante contribución que tuvo el desarrollo de cocinar, consideramos que los carbohidratos cocinados sólo tienen sentido si el cuerpo tiene la dotación enzimática necesaria para procesarlos", explica Karen Hardy.

En este sentido, los investigadores también apuntan al incremento de genes amilasa salival en los humanos modernos, que aumenta la cantidad de amilasa producida en la saliva. Para Kate Brown, doctoranda de la University College London, "mientras otros primates tienen sólo dos copias de estos genes, los humanos modernos tenemos de media unos seis y esto nos permite tener más amilasa salival y digerir el almidón de manera más eficiente. No sabemos exactamente cuándo se multiplicó el número de copias, pero los datos genéticos sugieren que fue en el último millón de años; un período de tiempo que coincide con la evidencia arqueológica del cocinado de alimentos. Esto es particularmente interesante porque el uso del fuego para cocinar permitió un aumento considerable del potencial de digerir más fácilmente el almidón. Hay aún incerteza sobre cuándo los genes de la amilasa salival se multiplicaron y cuándo los humanos empezaron a cocinar alimentos, pero los beneficios combinados de ambos para alimentar nuestros cerebros, cada vez más hambrientos de glucosa, son difíciles de ignorar".

Les Copeland, de la Universidad de Sydney, explica que los investigadores creen que "los carbohidratos, junto con la carne, fueron esenciales para la evolución de los humanos modernos y sus grandes cerebros. La evidencia sugiere que los humanos del Paleolítico no habrían evolucionado con la que hoy se denomina "dieta del Paleolítico". Después que el uso del fuego para cocinar alimentos se extendiera, la digestión de los carbohidratos ricos en almidón avanzó y se convirtió en una fuente de glucosa preformada que permitió la aceleración del crecimiento del cerebro".

El almidón habría sido fácilmente accesible para las primeras poblaciones humanas en forma de tubérculos, semillas y algunas frutas y frutos secos. En un estudio reciente liderado por Karen Hardy, se han hallado pruebas de que los homininos de hace unos 400.000 años ya se alimentaban de semillas y frutos secos. En términos de suministrar energía a un cerebro en desarrollo, un incremento del consumo de carbohidratos ricos en almidón puede haber proporcionado una ventaja evolutiva substancial, indica el artículo.

Según los investigadores, una alimentación similar a la que nos permitió tener un cerebro grande en el Paleolítico también habría sido positiva para la salud de los individuos. "Uno de los principales problemas en el estudio de la evolución humana es comprender cómo y por qué desarrollamos cerebros tan grandes. Las ventajas hoy nos pueden parecer obvias, pero se produjeron con unos costes evolutivos considerables: los cerebros son tremendamente golosos de glucosa; los cerebros grandes han producido bebés con cabezas tan grandes que ponen en riesgo la vida de sus madres al nacer; y requieren un gran período de tiempo para desarrollarse, lo que implica que dedicamos menos tiempos a reproducirnos", comenta Mark Thomas, profesor de genética evolutiva del University College London y coautor del trabajo.

"Sin embargo, y en un primer orden de aproximación, -continúa Thomas- nuestra fisiología funcionaría al máximo rendimiento con la alimentación que hemos experimentado en nuestro pasado evolutivo. Esto nos podría ayudar a definir mejor las dietas saludables. El problema es que no sabemos exactamente cuáles fueron las dietas de nuestros ancestros, y previos intentos de definirlas han subestimado la importancia de los carbohidratos. Pero si juntamos las necesidades de glucosa de nuestros cerebros, la gestación y la lactancia, junto con la disponibilidad de alimentos ricos en almidón, las pruebas más tempranas del uso del fuego para cocinar y sus efectos en la digestibilidad del almidón, y la evolución de múltiples copias de nuestros genes de amilasa salival, resulta convincente que los alimentos ricos en almidón jugaron un papel crítico en modelar lo que somos actualmente, incluidos nuestros grandes cerebros".

Artículo: Karen Hardy, Jennie Brand-Miller, Katherine D. Brown, Mark G. Thomas, Les Copeland. The Importance of Dietary Carbohydrate in Human Evolution. The Quarterly Review of Biology, 2015; 90 (3): 251 DOI: 10.1086/682587

Los nutrientes que pierden las verduras tras su paso por la cocina



Almacenar verduras, cocer hortalizas o pelar frutas son prácticas cotidianas y necesarias en la cocina, pero pueden influir en la pérdida de nutrientes de los alimentos

El consumo frecuente de vitaminas y antioxidantes se asocia a la prevención de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, varios tumores así como al mantenimiento de una vida saludable. Muchas de estas propiedades los consumimos a través de frutas y verduras, pero su paso por la cocina hace que pierdan algunos de sus nutrientes. La fruta ¿pelada o no? ¿en zumo o entera? Las verduras ¿hervidas, al vapor, a la plancha? ¿En el microondas o en el horno? ¿Enteras o troceadas? ¿Conviene congelarlarlas o no? Todas estas prácticas afectan a los nutrientes de las frutas y verduras de diferente manera.
Un estudio español publicado en el «Journal of Food Science» concluyó que llevarlas a ebullición, una de las formas más populares de prepararlas, conlleva una pérdida importante de su contenido de vitaminas y otros antioxidantes. Como explica María Antonia Murcia, del área de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia y una de las autoras de la investigación, «la mayoría de las verduras se consumen cocinadas, así que, desde un punto de vista práctico, nos preocupaba saber si después de someterlas a los procedimientos domésticos habituales quedaba algo de sus antioxidantes o si sólo estábamos consumiendo calorías». La conclusión principal del trabajo fue que el agua «no es la mejor amiga de la cocina» cuando se trata de preparar verduras y hortalizas.
Según la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN), la cocción puede afectar a las frutas y hortalizas de forma positiva, ya que ayuda al aprovechamiento de ciertas sustancias nutritivas, como los carotenoides, o negativa debido a que lasvitaminas C, B1, B6, el ácido fólico y los antioxidantes se destruyen fácilmente con las altas temperaturas. Otras vitaminas y nutrientes pueden quedar intactas, pero se escurren con el agua, como el glucosinolato, un compuesto anticancerígeno que se encuentra en el brócoli y otros vegetales crucíferos. Otros minerales como el hierro y el calcio o macronutrientes como grasas, proteínas y carbohidratos, así como la niacina y la biotina del grupo de vitaminas B sobreviven a la mayoría de las condiciones de cocción, según la Universidad de Akron. También la vitamina K que proporcionan las hortalizas de hoja verde (col, espinaca, hojas de nabos, col rizada, acelga, hojas de mostaza, perejil, lechuga romana, lechuga de hoja verde, coles de Bruselas, coliflor, repollo...)

Consejos para prevenir la pérdida de nutrientes

Para conservar al máximo los nutrientes de los alimentos, el GREP-AEDN, la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas y la Asociación para la Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas así como las publicaciones sobre salud de Harvardrecomiendan:
-No cortarlas demasiado porque cuanto más contacto hay con el agua, mayor cantidad de los minerales y vitaminas se pierde en un proceso denominado lixiviación.
-Emplear tiempos cortos de remojo (en su caso).
-Los métodos que cocinen al alimento en el menor tiempo posible o cualquier procedimiento que no sumerja al alimento en agua durante mucho tiempo (vapor, microondas, frituras, salteados, etc.).
-En los hervidos, esperar a que el agua hierva para sumergir el alimento.
-Añadir un chorrito de vinagre o de zumo de limón al agua de cocción ya que contribuye a «la conservación de las vitaminas y a la absorción de algunos minerales» como el hierro. Ademas, es una forma de mantener el color de las verduras como por ejemplo con las alcachofas.
-Agregar bicarbonato de sodio para mantener el color de las verduras y disminuir su dureza, es una práctica poco recomendable porque destruye de algunos nutrientes como la vitamina C.
-Cocinar las hortalizas «al dente» y enfriarlas lo antes posible.
-Aprovechar el agua de cocción para elaborar otros alimentos.
-Cocinar con horno microondas también puede resultar más seguro desde el punto de vista de la eliminación de bacterias, ya que calientas los alimentos desde el interior, penetrando al menos una pulgada (2,5 cm) dentro de las verduras, a diferencia de los métodos tradicionales, que calientan de afuera hacia adentro.
-Hay que evitar colocar alimentos en el microondas en bolsas oenvoltorios de plástico.

La pérdida de nutrientes empieza antes de llegar a casa

Pero minimizar la pérdida de nutrientes es el resultado de una toma de decisiones que comienza en el supermercado, mucho antes de llegar a la cazuela también el tiempo de almacenaje merma sus propiedades nutritivas, e incluso hace que perezcan por lo que es aconsejable equilibrar el volumen de la compra con el ritmo del consumo del hogar. Una vez en la cocina, la máxima consiste en aprovechar las capas y hojas externas de frutas y verduras, siempre que sea posible pero, cuando esto no es posible, debemos seguir estos consejos para su limpieza y manipulación:
-Pelar y cortar el alimento poco antes de prepararlo y/o consumirlo.
-Lavar los vegetales enteros y cortarlos después.
-Evitar la exposición de frutas y verduras a la luz, el calor, el oxígeno o un remojo dilatado pueden reducir las vitaminas y minerales.
-Pelar y trocear el alimento justo antes de su consumo o preparación para no dejar tiempo a la oxidación o que el efecto del corte sobre las células de la pulpa cause la pérdida de nutrientes.

Métodos óptimos de cocinado sin agua

Los procesos culinarios sin contacto con el agua son los mas respetuosos con los nutrientes presentes en las hortalizas:
-La cocción al vapor y en microondas son las formas menos destructivas y con un impacto menor en los nutrientes.
-Para que el los alimentos no pierdan nutrientes en el horno las temperaturas han de ser elevadas y los tiempos cortos.
-La pérdida de nutrientes del salteado es baja ya que los alimentos se cocinan ligeramente.
-Al freír, si la temperatura, el aceite y la duración son adecuados, se conservan muy bien las propiedades del alimento porque la costra que lo envuelve mantiene el agua dentro sin embargo, aumenta el valor calórico por la absorción del aceite.
-En el asado a la brasa la destrucción térmica y los jugos que se producen provocan la pérdida de nutrientes especialmente cuando hay llama, porque se generan compuestos que adheridos al alimento que pueden ser peligrosos para la salud si se toman en exceso.

viernes, 18 de septiembre de 2015